NOTAS HISTÓRICAS 

 

Publicado en la REVISTA DE LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE MOYA

EN  JULIO DE 2020

Aliaguilla entra en la historia.


A principios del siglo XIII, en plena reconquista, la región comprendida entre el rio Turia y el Cabriel se encontraba en “tierra de nadie”; tierra de frontera entre los reinos cristianos (Castilla y Aragón) y musulmanes (Valencia y Murcia), tierra despoblada, sometida a continuos ataques, razias y treguas incumplidas, y en fin, tierra de alto valor estratégico, pasillo natural para alcanzar los llanos de Utiel-Requena hacia Valencia.
En 1205, la virgen de Tejeda se aparece ante un pastor en Garaballa, lo que supuso un gran estímulo para las tropas cristianas. En 1210, Pedro II de Aragón, confederado con caballeros castellanos y órdenes militares, conquista importantes castillos en la zona norte (Ademuz, Castielfabib, el Cuervo, Serrella…) y los cede al arzobispo de Toledo para que los incorpore a la diócesis de Albarracín. Alfonso VIII de Castilla, rompe sus treguas y repuebla y fortalece el importante bastión de Moya que queda para la diócesis de Cuenca. El imperio Almohade declara la guerra santa (la “Yihad”) y, en 1212, se produce la gran victoria de la alianza cristiana de las Navas de Tolosa. La inesperada muerte de los reyes de Castilla y de Aragón, sus problemas de sucesión, y unos años desastrosos de peste, sequia y malas cosechas obligan a negociar nuevas treguas.
En 1218, el arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada regresa desde Roma como Legado Pontificio con bula papal para la Cruzada en España…“En los confines orientales de Castilla, a comienzos del reinado de Fernando III y con ocasión de las campañas dirigidas por Jiménez de Rada, Alfonso Téllez conquistó el castillo de Aliaguilla, situado en las cercanías de Moya,…”. El 21 de septiembre de 1219, todavía vigentes las treguas, el belicoso arzobispo con un numeroso ejército intenta llevar a cabo su proyecto apostólico: conquistar Valencia. Al mando del noble caballero Gil Garcés de Azagra conquista los castillos de Serreilla, Santa Cruz y Mira, pero soporta una estrepitosa derrota en el intento de conquistar Requena, tras veinte días de asedio.
A dia de hoy, sigue siendo un misterio la ubicación de los importantes castillos de Serrella o/y Serreilla; algunos autores los sitúan en Alcalá de la Vega, en Aras, en Titaguas o incluso en Utiel. Aliaguilla, por su situación geográfica y por ser un importante enclave en plena frontera, también podría ser una buena candidata.
El 7 de septiembre de 1225...“Rodrigo por la gracia de Dios, arzobispo de la sede primada de Toledo… Sepan todos los presentes de vuestra universidad que el noble varón Alfonso Tello, llevado por el celo y la fe, cierto castillo sito en la frontera con los Sarracenos, que se llama Aliaguilla propone poblarlo para confusión y opresión de los enemigos de la fe católica… Para aquellos que se entreguen a la obra de dicho castillo durante un mes les concederemos la misma indulgencia que concedimos a los que luchan contra los moros” (Manuel Rodríguez: Memorias de Don Fernando III).
La creciente supremacía de Moya, su continuo engrandecimiento por los reyes de Castilla, primero como frontera cristiana hasta la conquista de Requena en 1238 y luego contra Aragón, monopolizó todos los hechos históricos de esta región, cuyos pueblos quedaron olvidados bajo su jurisdicción. Aliaguilla, más fronteriza si cabe, conservará un importante paso hacia el reino de Aragón a través del camino de Sinarcas.
En julio de 1242, “el concejo de Aliaguilla protesta ante el concejo de Moya por la cesión de la torre de Ranera a la orden de Santiago”, encargada de la repoblación y defensa de la frontera. En esta época, las rentas de Aliaguilla ya pertenecían al hospital santiaguista de Moya y, a cambio de esta cesión, Aliaguilla recibió heredades y dineros.
Por José María Martínez Frías.